
ALEXANDRA MILLER
The tough girl whose soul aches
➥ Nombre: Alexandra Rose Miller.➥ Apodo: Alex, Lex, Al, Rose,Alexa y anteriormente Lexie.➥Edad: Treinta años.➥Fecha de nacimiento: 31 de octubre de 1993.➥ Lugar de origen: Oxford.➥ Signo zodiacal: Escorpio.➥ Orientación sexual: Bisexual.➥ Pronombres: Ella.➥ Ocupación: Cirujana general (anteriormente) escritora de medio tiempo y narcotraficante con fachada de empresaria.➥ Hobbies: Escribir, leer, practicar kickboxing y beber.➥ Habillidades: La fuerza física, sus dotes literarios y memoria fotográfica.➥ Debilidades: El autocontrol, la estabilidad emocional y su instinto de impulsividad.➥ Apariencia física: Es una joven delagada dado que pesa 53 kg y de tamaño promedio al medir 1.70 cm. De cabello castaño y tes morena clara. Sus ojos son de color verde.➥ Familiares:
Dianne Brooks - Madre.
John Miller - Padre.
Max Miller Fields - Medio hermano.
Claire Fields - Madre de Max.
Rose Miller née Lexington - Abuela.
Addison Alma Miller J - Hija.
Arabella Roxanne Miller J - Hija.➥ Personalidad: Es una mujer enérgica, en su mejor momento tendrá ganas de conversar y al ser extrovertida le es sencillo. Impulsiva con sus reacciones y decisiones, puede llegar a ser violenta cuando algo inesperado sucede.
Como amiga otorga una lealtad inigualable, a veces pone a los demás antes que ella porque quiere verlos felices a pesar de tener su vida hecha un lío.

Oxford, años atrás.
Dianne Brooks, una pelirroja egresada de la escuela de medicina de Hopkins como la mejor de la clase y John Miller, un castaño mediocre que venía de una familia adinerada quienes se habían encargado de pagar todos los exámenes que había fallado para que obtuviera su título como médico, así como la oportunidad de asistir a uno de los mejores programas de enseñanza para los futuros cirujanos en un prestigiado hospital privado de Inglaterra.
Fue en ese mismo lugar donde Dianne y John se conocieron, tuvieron que pasar juntos las torturas de sus superiores durante los eternos años de internado con sobrecargos de rondas hasta que finalmente lograron convertirse en residentes. Fueron tantas las horas que estos dos compartieron que sin darse cuenta ya se habían enamorado, decidiendo después de una noche de copas ir al registro civil y casarse.Pero como en toda historia de amor llegó el momento en que los problemas comenzaron a surgir, dado a los notables esfuerzos que hacía Dianne en su trabajo decidieron ascenderla como jefa de residentes, cosa que en vez de ser reconocida y felicitada por su esposo fue el motivo de una discusión. John se sentía un fracasado al lado de la castaña, ella tenía algo que el dinero jamás podría comprar y era el intelecto, como una clásica y arrebatada decisión por su mismo orgullo comenzó a beber todas las noches, descuidando su trabajo y matrimonio hasta el momento en que fue descubierto por un cirujano titular y acusado con el jefe, quien tomó la drástica decisión de quitarle su licencia para operar.
Así fue durante el primer año de su matrimonio, fue agotador para la joven Brooks por el hecho de tener que estar luchando por ambos, pero no quería que se derrumbara aquello tan hermoso que habían logrado construir ya que para ella era su amor eterno, gracias a esto finalmente John decidió rehabilitarse asistiendo a reuniones de alcohólicos anónimos todos los días por el mismo motivo, por que él decía amarla realmente.
No había algo que la pareja deseara más que tener un hijo propio pero desgraciadamente Dianne tuvo muchos problemas para lograr concebir a uno, pero después de varios meses de tratamiento quedó embarazada de su primogénita a quien decidió llamar Alexandra.
Alexandra Rose Miller, desde el momento de su nacimiento se volvió la adoración de la pelirroja y el motivo de volver sus días más felices, solía decir que ella había sido quien salvó aquel matrimonio pues esto había unido a la pareja más.La infancia de Alexandra fue peculiarmente feliz, ambos de sus padres estaban relativamente ausentes pero la pasaba bien. Logró adaptarse con facilidad al preescolar y aunque su círculo de compañeros de juego era reducido, ella se conformaba con eso. En la casa de enfrente vivía quien años después se convertiría en su mejor amigo, Zach.
Alexandra y Zach pasaban todo el tiempo del mundo juntos, ella le contaba todos sus secretos y viceversa, era como el hermano menor que sabía nunca tendría.Después llegó la pubertad, esa etapa en la que el cuerpo experimenta aquel cambio drástico, para la joven Miller no fue nada sencillo ya que por la falta de ejercicio y alimentación sana ella tenía sobrepeso, cosa que las niñas de su escuela usaban como excusa para burlarse de ella hasta que un día decidió ponerle un alto agrediendo físicamente a dos niñas del grupito que la fastidiaban, rompiéndole el brazo a una y dejándole un moretón en el ojo a la otra, de manera inmediata quisieron expulsarla de la secundaria. Nunca se le había visto tan descontrolada en público, tan agresiva, lo cierto es que no había sido la primera vez, tenía repentinos episodios donde golpeaba la pared de su cuarto en incluso las puertas ocasionando daños en sus nudillos.
Lo cierto era que habían ocasionado demasiado daño psicológico en ella y la ausencia de sus padres no ayudaba, ya estaba harta de que se burlaran de su cuerpo y se sentía realmente humillada. Luego de un par de visitas a los especialistas estos le dijeron a Dianne que su hija tenía un trastorno que la incapacitaba de controlar la ira por si misma y era por ello que reaccionaba de manera violenta cuando algo la hería, la enfadaba o la hacía sentirse amenazada.Antes de cumplir sus dieciséis años su padre se acercó con ella para confesarle un secreto que lo había perseguido por mucho tiempo, resultaba ser que en sus días de alcohólico le había sido infiel a su madre con una enfermera del hospital y tenía otro hijo del cual no les había hablado jamás, su nombre era Max.
A decir verdad el enterarse de eso fue un golpe muy duro para ella ya que creía realmente en la historia de amor de sus padres, pero nada era tan simple como parecía. A los meses accedió a conocerlo y no le parecía una persona desagradable pero tampoco tenía las ganas de llamarle hermano al instante, eso sí que le gustaba molestarlo pues sus reacciones le causaban mucha gracia y de alguna manera descargaba la ira que tenía hacia su padre con el. Semanas después se dio cuenta de cuán diferentes eran respecto a la manera de comportarse, siendo este un narcisista en todo su esplendor con complejo de superioridad y rechazo a los demás, cosa que provocó que las ganas de trabar con él cierta relación familiar desaparecieron por completo y optó por no volver a dirigirle la palabra. Ella tenía límites morales.Con el paso del tiempo y mucho esfuerzo logró conseguir el cuerpo que tanto anhelaba, ahora si tenía algo de lo que poder sentirse orgullosa. Durante el bachillerato siguió metiéndose en peleas, la mayoría de las veces salía intacta pero también habían otras que tendría que ir al hospital para que le suturaran las heridas, ya se había vuelto una monotonía para Dianne encontrarse con su hija por ahí tan seguido y por más que le dijera que no se metiera en problemas aquel asunto se había vuelto casi imposible.En aquel bachillerato conoció a quien ella describía como su amor, cosa que no era para nada cierta tratándose de la carencia de madurez que la ojigarza tenía a aquella edad y era una fantasía que ni siquiera se tomaba en serio. El único que sabía la verdadera identidad de aquel crush era Zach y daba la casualidad de que se trataba de nada más y nada menos que el profesor de lectura.
Alexandra solía tomar su materia aunque no fuera obligatoria, ahí empezó también su amor por la lectura y el deseo de convertirse en una escritora famosa a futuro. El simple hecho de cruzar miradas con él y entablar una conversación simplemente podía alegrarle los días, era el tipo de ilusión necesitaba para sobrevivir el resto de las aburridas clases que al final del día le parecían demasiado sencillas.Durante una de las muchas peleas en las que estuvo involucrada llegó aquel profesor para sacarla de ahí, sabía que no la habría ganado pero su orgullo era tan grande que prefería perder terminando noqueada a retirarse por voluntad propia, gracias al cielo que Nicholas(el profesor) había llegado justo a tiempo y la llevó con él hasta su salón de clases.
El comportamiento del profesor de lectura había sido más amable de lo normal, tanto que había dejado un suave beso sobre los labios de la alumna. Ella sabía que eso estaba mal tratándose de un hombre mucho mayor pero había sido su fantasía durante todo el ciclo escolar por lo que le correspondió de manera inmediata y fue después de aquel beso que la relación amorosa y poco profesional entre estos dos surgió. Se basaba en charlas a escondidas dentro de los armarios de limpieza, escapadas en el coche de Nicholas durante los recesos y aventuras sexuales fuera de la institución, siendo estas las primeras en la vida de Alex.La noche de su graduación sin duda alguna fue inolvidable, como era de esperarse llevaba a Zach como acompañante pues si iba con Nicholas despertaría sospechas en el resto de las personas, pero habían quedado de bailar una canción juntos. Una vez que se encontró con el mayor decidió correr a sus brazos y bailar “The Night We Met” abrazados, eso hasta que Zach apareció para tomarla del brazo y llevarla hacia afuera del lugar donde se estaba llevando a cabo aquel evento. El mejor amigo intentó hacerla entrar en razón, aquella relación era enfermiza y más tratándose de que era un hombre quince años mayor que ella, una parte de Alexandra sabía que tenía razón pero por Dios, era tan testaruda y obstinada que solo se fastidió con él por meterse en sus asuntos.De pronto llegaron los padres de Alexandra a recogerla, cosa que no estaba en los planes pero una oferta asombrosa de trabajo les había surgido a ambos en un hospital que se encontraba en L.A. y dentro de ella ofrecían el renovar la licencia de John ahora que tenía años sobrio así que sin mirar atrás la pequeña familia se mudó. Por supuesto que echaría de menos a Zach, pero él había prometido visitarla constantemente y sobre Nicholas… ella jamás lo olvidaría, pero sabía que en cierto momento debía de dejarlo ir.Los Ángeles era asombroso, o al menos le gustaba más que su ciudad de origen, estaba comenzando de nuevo ya que nadie ahí la conocía. Lo primero que hizo para intentar enfocar su energía y coraje fue apuntarse en un gimnasio donde daban clases de kickboxing durante el verano, progresó bastante rápido, casi que en un abrir y cerrar de ojos ya era un arma letal.
Estuvo unos meses pensando en la carrera que iba a estudiar y no se le ocurría nada, pero por la presión que ambos de sus padres habían metido en ella optó por entrar a medicina, además sus aptitudes intelectuales le facilitaban un desempeño ahí. Se aproximaba un viaje escolar asi que no tuvo mucho tiempo para dudar.El destino de aquel viaje había sido un hotel en Canadá, era invierno y la nieve abundaba, permitiéndoles a los jóvenes viajeros disfrutar de múltiples actividades en aquel hotel. Días después recibió una llamada que le cambiaría la vida, una de su madre. Había estado ignorando los mensajes de voz y las llamadas su padre ya que su fracturada relación se había visto afectada aún más tras una pelea que habían tenido cuando la llevaba al aeropuerto, una que terminó con un azotón de puerta por la morena y palabras hirientes que lo habían enviado al carajo ya que le había dicho que se encontraría con Max en el viaje pues también se lo había pagado.
En la llamada su madre se escuchaba alterada, estaba llorando incontrolablemente y no podía entender bien que sucedía o trataba de decirle, al final escuchó con caridad como su padre acababa de morir en un “accidente automovilístico”. La culpabilidad que sintió Alexandra en aquel momento y la impotencia la llevaron a perder la cabeza, colgando enseguida el teléfono y dedicándose a escuchar los mensajes de voz que tenía de el así como también repasar en su mente una y otra vez la última vez que lo había visto. No sabía como reaccionar, nunca sabía que hacer en situaciones que la descontrolaban tanto y fue por ello que estrelló su móvil para no escuchar más su voz y se soltó llorando a medida que destruía todo lo que podía en aquella habitación hasta caer rendida al suelo, de no haber sido por que llegó una de sus amigas quien estaba en la habitación de al lado seguro que habría hecho más daño, fue por ello que estuvo ahí con ella el resto de la noche.
Las siguientes semanas fueron mejores para su estado de ánimo pues trataba de no pensar en lo sucedido mientras que cosas paranormales comenzaron a suceder, era el comienzo de una pesadilla en carne y hueso.
Todos los estudiantes habían sufrido sucesos inimaginables en aquél viaje que si bien no había traído solo cosas malas, sin saber que podría desarrollar sentimientos tan profundos más allá de atracción sexual por las mujeres fue que Alex se pilló por quien más adelante se convertiría en su primera novia.Después de haber sido apuntada con una pistola a la cabeza y otra cadena de sucesos escalofriantes que involucraban a criaturas desconocidas quienes atacaron también al resto de los estudiantes fue que se decidió dar por terminado aquel viaje.Al llegar a casa todo era diferente, la ausencia de su padre y de alguna manera también la de su madre a quien apenas notaba presente cuando se topaban en la casa o la visitaba en el hospital, no bastaba la presencia de sus dos perros ahí así que por ello optó por alquilar un departamento industrial para si misma.
Comenzó a ir con una psicóloga dejándose llevar porque su novia insistía que necesitaba recibir ayuda, ya no solamente con su trastorno si no con los sentimientos encontrados que produjo su padre en ella, su reciente ausencia y lo que parecía ser un problema con la bebida pues no pasaba la mañana sin que ya estuviera bebiendo whisky en un termo deportivo, en clase, en el gimnasio, todo el maldito tiempo.
No tardaron en enviarla al departamento de psiquiatría para medicarla pues al ser tantas cosas las que no andaban bien con Alexandra sería necesario medicarla, prohibiéndole el alcohol.Meses después de estar sobria se sintió un poco mejor, seguía estando deprimida, pero se suponía que sin beber y asistiendo a reuniones de alcohólicos anónimos estaría mejor, ¿no?
La fuerza de voluntad de la británica no fue suficiente así que para poder seguir adelante con su carrera y vida que aborrecía tuvo que regresar a beber, siendo este el motivo principal por el cual su pareja la había dejado, habiendo otros factores de por medio, siendo ejemplos de estos el previo intento de suicidio de la británica y los problemas de ira que también tenía la contraria. Eran malas la una para la otra.Logró llegar hasta el último año. Aquella noche se encontraba celebrando con sus compañeros en un bar se encontraba ebria como de costumbre, tras una discusión con una de sus amigas terminó golpeándose con ella, estaba incontrolable tanto que ya estaban intentando separarlas, pero era tarde para ello pues el próximo movimiento de Alex llevó a su amiga a golpearse la cabeza con un mueble, siendo la sangre que salía de esta que ahora se encontraba inconsciente un motivo que la había dejado paralizada.
Huyó de aquel lugar por el resto de la noche, yendo a visitarla al día siguiente al hospital, pero se encontraba en coma.Así pasaron semanas que pronto se convirtieron en meses y no se recibía respuesta de la actividad cerebral que pudiera tener la chica.Todos en la clase hablaban de donde comenzarían su internado, Miller tenía mas de cuatro invitaciones a diferentes prestigiadas universidades y no podía hacer una elección, más bien no lo quería. La poderosa abuela por parte de su padre se encargó de que los cargos en su contra desaparecieran en dado caso que chica muriera y lo cierto era que, tras meses de espera, decidieron desconectarla.Alexandra nunca lo dijo, pero ese fue el detonante que la hizo irse de Los Ángeles. Volvió a Oxford para comenzar su internado y a los meses su madre decidió hacer lo mismo, cada una estaba por su lado desde la pérdida en común, nunca volvió a verla sonreír.La nueva vida en Oxford era más leve, hacía lo que quería cuando quería y no tenía que torturarse con culpas pues el alcohol y algunas drogas se habían vuelto sus mejores aliados. Aquellos hábitos la estaban matando, tanto que de no haber sido por una oportunidad laboral que se le presentó en Nueva York tal vez no habría vivido para contarlo. Fue valiente, se despidió de las dos mujeres de su vida y optó por marcharse.Ignoraba las llamadas de su antigua psicóloga, sabía que debía atender pero en el fondo estaba asustada y no quería hacerlo, a veces sentía que su depresión no la dejaría levantarse de la cama pero se reanimaba con alguna bebida o cosas que tarde o temprano terminarían dejándola peor que en un principio. Así era Alexandra Miller, un caos sin resolver que al final no dejaba de levantarse tras una caída.

➥ Está diagnosticada con el trastorno explosivo intermitente y presenta episodios depresivos con frecuencia.➥ Su bebida alcohólica favorita es el whisky.➥ Otra secuela de la traumática experiencia en Canadá y la muerte de su padre es que no puede dormir, sufre de insomnio casi todas las noches lo cual no es tanto problema a la hora de hacer guardias en el hospital.➥ No puede ver películas de terror, la asustan demasiado pero más por que su inconsciente las asocia con lo anteriormente vivido.➥ Su comida preferida es la pizza de pepperoni.➥ Es una persona de gatos y de perros por igual.➥ En Oxford una vez la arrestaron por orinar en vía pública y tuvo que esperar 12 horas para que su abuela la sacara de ahí pues posteriormente había golpeado a la policía en estado de drogas claramente.➥ Sus notas son excelentes.➥ Tiene memoria fotográfica.➥ Mantiene una relación de comunicación escasa con su madre pero con su abuela es todo lo contrario.➥ Es ambidiestra.➥ Su banda favorita son los Backstreet Boys.➥ No soporta que la llamen Lexie ya que anteriormente esa era la manera en que su padre la llamaba, le trae malos recuerdos de manera automática.➥ Sus gatos han sido nombrados tras escritores famosos o personajes de novelas.➥ Escribe en su tiempo libre, nunca ha logrado concluir un proyecto por pensar que no es lo suficientemente buena.➥ Continuación de la historia en monoroles.
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